La artesana nos ha enseñado a combinar el barro y el fuego. Realmente hemos realizado porta-velas de arcilla en los que incorporamos cera con su mecha.
Para el pueblo vikingo el fuego tenía un simbolismo muy especial.
Los mundos de la mitología nórdica surgieron de la unión del frío del mundo de Nifelheim y del fuego de Muspelheim. Así se llama el reino de las llamas, el hogar de los gigantes de fuego, de los cuales Surt era el más poderoso. Su objetivo es causar la destrucción final del mundo quemándolo hasta el final del Ragnarok.
A partir de un trozo de barro hacemos una bola del tamaño un poco menor de una pelota de tenis. Luego, con maña y unos hábiles pulgares le abrimos una oquedad central.
Con una esponja mojada en barbotina (barro seco deshecho en agua), alisamos los laterales y los bordes. Finalmente con canicas y unos ralladores lo decoramos.
Cuando el barro está seco colocamos la cera y la mecha y nuestra vela vikinga está lista.
Up Helly Aa, el festival del fuego.
Ocurre en la ciudad de Lerwick, en la isla de Shetland, al norte de Escocia. En este curioso y espectacular festejo los lugareños se visten como los antiguos vikingos para desfilar por el pueblo durante todo el día hasta bien entrada la noche. Entonces, portando antorchas, se dirige al final del camino para quemar su barco. Se conmemora así la llegada de los primeros vikingos a las costas británicas.
El taller de Freda lo finalizamos dibujando un paisaje con barro y cerillas quemadas o carboncillos.
Y ponemos el punto y final de esta calurosa aventura comiendo un fresco y saludable polo de fruta y brindamos por Olaf.
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