lunes, 4 de julio de 2022

Atravesamos el espejo por segunda vez

Y así, una vez recorrido el camino deseado, atravesando el espejo o entrando en la madriguera bajo el seto, llegamos por segunda vez a las ensoñaciones del Mundo de Alicia. 

Hacemos los tres grupos, los Sombrereros Locos, los Gatos Sonrientes y los Conejos Blancos y nos instalamos. Colocamos nuestras cosas, seleccionamos los objetos que iremos reutilizando a lo largo del verano y nos vamos haciendo con el lugar. 

Cuando estamos realizando unos juegos para conocernos inspirados en algunos capítulos de estos cuentos, algo interrumpe las dinámicas. Aparece el Sombrerero Loco. Y su nombre está bien puesto: lleva un gran sombrero con el precio (10 chelines y 6  peniques) y está como una cabra. 

Recita poesías que nadie comprende y lanza adivinanzas al viento. Nos invita a entrar en los cuentos de Alicia, mostrándonos las seis letras que forman esta mágica palabra; mirando al cielo algo alarmado, nos ruega que las protejamos. 

También nos da los símbolos de los grupos, unos tableros de ajedrez con una pica, un corazón, un trébol y un rombo en cada esquina. Los naipes y las piezas del ajedrez están muy presentes en esta historia. Y en el medio, la sonrisa de un gato intrigante, un sombrero o un reloj dependiendo de los grupos. 

 

Insiste en que somos la Comunidad de Wonderland y que debemos trabajar juntos, ayudarnos unos a otros. Una filosofía de vida, en estos tiempos difíciles, en las que solo creen los locos. 

Y para fijar esta idea jugamos con una gran tela de colores que guarda para hacer un sombrero a un gigante en el día del orgullo. 

Después, se hace un retrato con cada grupo y se va de nuevo recitando: "Borboteaba. Los viscoleantes toves, rijando por la solea, taladraban..." Desde entonces, todos llevamos dentro el espíritu inocente, alocado y alegre de este personaje. 

Antes de merendar conocemos un poco el lugar que compartiremos durante estos diez días. Y tras el descanso realizamos tres actividades por las que vamos rotando... en sentido contrario a las agujas del reloj, por supuesto. 

Hacemos un marcapáginas de Alicia cuyo cuello se estira preocupantemente ¿quién cuidará de sus pies?

También elaboramos una chapa con el medallón dorado del gato que aparecía en la contraportada de la primera edición de Alicia en el país de las Maravillas. Y mientras esperamos el turno, hacemos un laberinto donde el gato de Cheshire busca su sonrisa. Como algunos niños y niñas ya lo habían hecho, realizan una chapa diferente y otro laberinto, uno en el que Tweedledum y Tweedledee se buscan. 

Nunca debemos perder la sonrisa ni el abrazo de los hermanos o amigos. 


Y la tercera actividad es el juego de las tazas y las teteras, una modalidad de la danza de las sillas inspirada en la merienda alocada del Sombrerero, la Liebre de marzo y el Lirón. Quien va perdiendo su sitio se hace una foto frente a nuestro gran libro del Mundo de Alicia. 

Y así transcurrió este primer día, además de otros asuntos como nuestra visita al refrescante Mar de Lágrimas o nuestra peculiar despedida. Pero, poco a poco, no seáis tan curiosos. 

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