viernes, 15 de julio de 2022

Jaque mate a los malos rollos.


El último día de este segundo capítulo de la escuela de verano Alicia en la Vega de las Maravillas ha llegado. Y, entre todos, son enrocarnos, le hemos dado jaque mate a los malos rollos; sin derrocar al rey contrario hemos preferido hacer tablas y todos y todas contentos. 


Nada más empezar la mañana, aparece de nuevo el Sombrerero Loco. Llega murmurando el nombre de las figuras del ajedrez, imaginando fabulosas jugadas y movimientos. 

Y nos trae un merecido certificado de haber cumplido con los objetivos de estos días divertirnos con nuestras locuras, sonreir como el gato impredecible y aprovechar el tiempo del reloj del conejo blanco pero sin necesidad de estar tan estresados.

Finalmente nos invita a jugar al ajedrez desconociendo sus normas. Y eso es lo que hacemos. Realizamos divertidos juegos con los peones, torres, alfiles, caballos, torres y la realeza de un ajedrez de tamaño considerable. 

Manteamos al rey y a la reina. Hacemos carreras de relevos para volver locos a los tranquilos peones. 

Atravesamos un puente con cuidado de no sacar al peón de sus casillas y adivinamos quién se esconde tras la tela de colores. 

Ponemos a prueba nuestra puntería con distintas modalidades de lanzamientos. El objetivo, atinar con las piezas del ajedrez y lanzarlas por los aires. 

Tras estos juegos en los que, grandes y pequeños se aprenden las piezas del ajedrez, llega el momento de la merienda compartida. Muchas gracias a las familias por vuestras aportaciones culinarias. 

Una sorpresa inesperada. Aparece nuestra amiga Mónica. Cuanto le agradecemos que haya venido a pasar un ratito con nosotros. Todos le damos un aplauso muy grande por que va a ser una maestra sensacional. Ha hecho las oposiciones y no le han cortado la cabeza. 

Y tras un poco de fiestuqui pasada por agua, nos preparamos los certificados que nos regaló el Sombrerero. Dibujamos su cara, dejamos nuestra huella en un reloj que nos mira y sonríe. También damos color a nuestra sonrisa representada por el pelaje de un bonito gato de Cheshire. 


Y cuando pensábamos que no podía pasar nada más, aparece el pez-sajero real a invitarnos, no a un partido de croquet sino a pasar un feliz verano. Y tan contentos estamos que nos reímos un montón imitando sus divinas danzas; es todo un acertijo averiguar cómo se mueve de ese modo. 

Y sin más conversación... ¡Por mis barbas y mis bigotes, qué tarde es!

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