viernes, 22 de julio de 2022

El caballero blanco y el equilibrio.

Esta mañana, nada más atravesar la madriguera bajo el seto, ha aparecido el Caballero Blanco, un personaje de "A través del espejo y lo que Alicia encontró allí"

Un personaje bastante extraño y alocado sin equilibrio físico ni mental. 

Nos cuenta que acompañó a Alicia hasta la Octava Casilla y, por tanto, el es responsable de su coronación como reina. Pero ante, com a nosotros, le dió jaque, la defendió de un caballero negro, la apresó, la liberó y le cantó una estrambótica canción.

Su título es "El Ojo de la Merluza", su nombre "Un Viejo Vejestorio", se llama "El que gasta poca pasta" y la canción es "Sentado en una valla". 

Cabalga en un caballo hecho con un cepillo y un churro de piscina, tira de un caballito de madera sin ruedas, arrastra una ristra de cubos para el agua de los caballos sin agua (pero no importa por que sus caballos no beben) y en los cinturones tiene enganchados tres cestos al revés. Y según dice, menos mal, por que si no se le cayeran las cosas tendría que portar demasiado peso. 

Su escudo es un paraguas y su espada una gran escoba. 



Nos habla de su mal equilibrio, lo cual demuestra varias veces. Y nos reta a probar el nuestro. Y cabalgando regresa al mundo de la ficción. 

Ahora nos toca a nosotros realizar juegos de equilibrio en movimiento, en la mesa de la merienda de locos y en el circuito de los equilibristas. Y nos lanzamos a ello sin tropezones. 



Torres de tazas y platos, torres de tazas y transporte de bandejas con vasos rebosantes de agua en una de las estaciones. 

En otra, los zancos, el equilibrio de sombreros y los huevos en las cucharas. 

Por último, tenemos que poner todo el empeño en superar los obstáculos del circuito de los equilibristas. Escaleras, troncos, puentes de madera... ¡Cuánto peligro!

Y por si fuera poco, tras merendar, nos damos un buen manguerazo. 

Primero jugamos con los barreños llenos de agua y nos remojamos de lo lindo. Y finalmente, la esperada lluvia de espuma. Terminamos frescos y limpios, como merluzas salidas de la mejor de las pescaderías. 

Mientras nos secamos al sol, nos tomamos unos polos y un trocito de bizcocho al que nos invita el bueno de Nico, al que le están saliendo amigos como setas. Y despedimos a Fran, a Nacho y a Lola. 

Como veis todo esto lo hacemos sin perder el paso ni desequilibrarnos... bueno, al menos físicamente. ¡Qué no llevamos traza de sentar la calabaza!

Y tras el finde, ¡Más Jarana!

1 comentario:

  1. Qué variedad de actividades cada día! Así van de felices…GRACIAS

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