Un grupo de chicos y chicas han llegado a la guarida de la Liga Biocity, donde se convertirán en Econautas con una misión: conseguir ciudades vivas donde animales, plantas y personas convivan en armonía, barrios con una huella ecológica lo más leve posible.
Para ello contarán con la ayuda de siete Econautas famosos y un puñado de monitores que pretenderán convertir estos días en un recuerdo veraniego especial.
Comenzamos en una muy calurosa mañana de julio. Estas temperaturas, aunque sabemos que clima y tiempo no es lo mismo, nos invitan a pensar que la realidad del cambio climático es el principal problema que tenemos encima. Pero los Econautas son optimistas y saben que, con nuevos modos y maneras, conseguiremos un Planeta habitable y solidario.
Hoy, en este primer día, nos organizamos y conocemos los espacios donde viviremos nuestras próximas aventuras. Guardamos en sus correspondientes contenedores los objetos recuperados que trajimos de casa.
Hacemos algunos juegos para presentarnos y conocer nuestros nombres.
Colocamos nuestras cosas y, de repente, la Doctora X, creadora del transmutador y la Liga Biocity, se pone en contacto con nosotros a través de una línea protegida a la interferencia de los Socavadores. Y nos anuncia la llegada de Canosonauta con una información vital.
La verdad es que no parece un superhéroe, más bien un tipo alocado que el transmutador a confundido profundamente. Pero nos trae una láminas que hablan de Falconauta, Tytonauta, Apisnauta, Tarantonauta, Bufonauta, Chiropnauta y Felixnauta. Y como no, de los temidos Socavadores.
Cuando se fotografía con cada grupo (agua, aire y suelo) y se marcha, Anais, Mónica, Elvira, Moha y Marina les cuentan algo sobre estos personajes, y como vamos a organizar el día a día. Vaya equipazo.
Tras conocer el lugar y las normas que garantizan nuestro bienestar y convivencia, paramos a merendar.
Tras la merienda realizamos tres actividades que previamente nos anunció la Doctora X.
Realizamos una chapa con el escudo Biocity, ese en el que se ven animales, plantas y personas conviviendo en la ciudad.
Por otro lado hacemos juegos cooperativos, esa palabra que debe regir nuestras acciones. Manteamos a un socavador y jugamos con la bandera circular de los Econautas.
Y dibujamos el econauta en el que nos gustaría convertirnos fusionándonos con un animal al que admiramos. Una vez hecho esto, pasamos por el misterioso transmutador de consecuencias insospechadas.
Terminamos la mañana convocando la lluvia y jugando todos juntos con nuestra bandera y gritando que nos hemos convertido en ¡eeeeeeecooooooonautas!
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