En pleno siglo XXI, cualquier ciudad o municipio debería ser accesible arquitectónicamente con el fin de que todos los ciudadanos puedan moverse con total libertad, independientemente de cuál sea su condición física y psíquica. Pero no es así.
Esta es la idea que trabajamos con diversión en los eco-juegos. Nuestro barrio debería ser sencillo de caminar como el círculo de césped. Los econautas aprendemos que están llenos de obstáculos.
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