Un aspecto fundamental en el aula Econauta es que sepan de donde vienen la mayoría de las alimentos que llegan a nuestro plato, como son las plantas a las que debemos agradecer el montón de frutas y verduras que proporcionan salud a nuestro cuerpo. Este año trabajamos en la huerta ecológica custodiada por el espantapájaros Panocho y en un terreno que tenemos a diez minutos con frutales.
Nos damos un paseíto hasta los frutales conociendo las acequias, los modos de riego en la vega, algunos cultivos como el maíz o los espárragos y cortijos milenarios como el de Cámara.
Además, por el camino recogemos algunas plumas que nos cuentan sobre la presencia de pájaros como los estorninos, las urracas o las palomas turcas.
En los frutales recogemos manzanas que luego se llevarán a vuestras casas y con las que haremos, la semana que viene, rica compota. Además, nos detenemos a regar algunos de ellos. Allí ven manzanos ciruelos, perales y un níspero.
En la huerta hacemos muchas labores, además de conocer cada una de las plantas: maíz, girasol, judías, tomates, pimientos, melones, sandías, pepinos, calabacines, lechugas, boniatos, tupinambo, apio, hinojo, zanahorias, acelgas, patatas, cebollas, berenjenas, calabazas... Es impresionante lo variada y rica que es la huerta de verano.
La flipamos con la flor de la alcachofa, un cardo de vivos colores. Y con las fresas, como esta que María coge al coincidir con la pulsera que lleva.
Recogemos patatas, calabacines, berenjenas y pepinos. Estos últimos los pelamos, los lavamos y les echamos una pizca de sal. Al final de la mañana se los zampan como si no hubiera un mañana.
Y plantamos lechugas maravilla de verano, coles, coliflores y brécol.
Y además, para dividir el grupo, realizamos un estampado con verduras que formará parte de un trabajo sobre Archiboldo, pero ya os contaremos.
Texturas, olores, sabores e imágenes de las que no podemos prescindir aunque seamos muy urbanícolas.
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